El editor Jerry Del Colliano y yo hemos pasado más horas de las que me atrevo a contar durante la mayor parte de los últimos cuatro años, filosofando sobre el futuro del audio de gama alta. ¿Cuál es el problema (si puede llamarse así)? ¿Qué auténticos cambios en la alta fidelidad habrá en un mercado donde los precios se desploman y las prestaciones se disparan en proporción inversa? Es decir, cuando solo necesitas un par de miles de dólares para conseguir un nivel de rendimiento que hace solo unos años habría costado veinte o treinta mil, ¿para qué pagar más?
Mi respuesta a esa pregunta (que es probablemente lo más obvio del mundo): el rendimiento no lo es todo. Es lo principal, sin duda. Es algo necesario. Pero no es necesariamente suficiente. Para reforzar mi argumento presento la Prueba A: altavoces de la nueva Serie Persona de Paradigm de alto rendimiento y estilo. La compañía se refiere a la línea de altavoces como “vanguardista” y con razón. Lo que comenzó como el Concepto 4F ha cristalizado en una línea compuesta por un enorme altavoz activo de suelo y tres altavoces pasivos de suelo (cada vez) más pequeños, así como un altavoz de estantería, un altavoz de canal central y un subwoofer que recuerda un poco al desaparecido SUB 1. Todos ellos (excepto el subwoofer, por supuesto) comparten, sin duda, el mismo ADN que su predecesor conceptual.
En cierto modo, la Serie Persona recuerda en su estética a una especie de remix de los grandes éxitos de la historia de Paradigm. La serie cuenta con la sección cruzada elíptica que aparecía en otros altavoces como la línea Studio, la sección ha sido dividida en una forma nueva e interesante para eliminar las intersecciones perpendiculares. Los nuevos altavoces también toman prestado, al parecer, la limpia elegancia de la línea Prestige más nueva: la falta de tornillos visibles; los conos metálicos imperturbables; y las lentes de alineación de fase, construidas (en este caso) a partir de la superposición de espirales invertidas en lugar de perforaciones circulares concéntricas, y ampliadas para cubrir tanto el driver de 7 pulgadas y frecuencia media como el tweeter.
Encontrar rasgos de diseño familiares en estos altavoces nuevos no debería apartar nuestra atención de las novedades de la línea Persona. Concretamente el uso de Berilio Acústico Trextent un 99,9% puro no solo en el tweeter de una pulgada, algo normal en todos los altavoces de la línea, sino también en el driver de siete pulgadas que hay en todas las torres y los altavoces de estantería, además de en los driver medios de cuatro pulgadas en el Persona C central.
De vez en cuando verás berilio en los tweeters de algunos altavoces de gama alta, como el Sopra Nº2 de Focal que revisamos hace unos meses, la actualización de los altavoces Revel, e incluso en el antiguo buque insignia de la línea Signature Series. Estos altavoces son una mezcla de alta resistencia y peso ligero lo convierte en lo más cercano que existe al material transductor ideal, prácticamente sinónimo de claridad y pureza de tono. Sin embargo, su escasez y el esfuerzo necesario para darle forma lo hacen extremadamente costoso, por lo que solo verás berilio en los drivers de rango medio en ofertas como la del Reference One de TAD. El hecho de que Paradigm ofrezca en sus altavoces un driver de 7 pulgadas con berilio de un 99,9% de pureza es, francamente, un poco sorprendente.
La conexión
Cada céntimo de ese precio se manifiesta en toda su gloria cuando uno desembala y monta los altavoces Persona. Incluso ignorando los exóticos materiales del driver (y, por supuesto, todos los refuerzos y componentes ocultos en su interior), hay una innegable elegancia de alta gama en los altavoces que ni las fotos ni las palabras pueden expresar por completo. Decir que son de buena calidad es poco. El acabado es sencillamente lujoso. Las leves inconsistencias que perdonamos fácilmente en altavoces inferiores no se ven por ninguna parte. Elementos dispares se unen con asombrosa precisión. Los bornes de conexión simplemente me aflojaron las piernas. No hay rejillas dentro de las cajas de los altavoces porque ponerle una al altavoz Persona sería un crimen.
Mi esposa, que siempre es la primera en comentar el aspecto de los nuevos altavoces que traigo a casa (casi siempre para criticarlos, y solo de vez en cuando con aceptación que pasa por aprobación) les echó un vistazo a los altavoces Persona mientras yo estaba montando los soportes de los de estantería y el central y dijo: «son los primeros altavoces que he visto jamás que son demasiado hermosas para nuestra casa. Hacen que el resto de la habitación parezca cutre en comparación”.
No se equivocaba. Sin embargo, me llevó un rato verificar su hipótesis. Tardé media hora en montar los soportes para las estanterías y el soporte del altavoz central me llevó un poco más de tiempo. Como en los altavoces, hay poca tolerancia y una buena dosis de paciencia (y el uso generoso de las plantillas de papel protector incluidas) es obligatoria. Puedes, si quieres, rellenar los soportes con arena, arroz o arena para gatos para mejorar la amortiguación; sin embargo, dado que iba a devolver a estas bellezas en un par de semanas, no fui tan lejos. Incluso desembalar las torres 3F (que vienen totalmente montadas, excepto los soportes para la alfombra que puedes instalar si quieres) es un proceso lento. Una vez que está todo desembalado y montado, no lleva mucho tiempo colocar todos los altavoces en su posición. Los altavoces de estantería Persona B se deslizaron directamente hasta el lugar que hacía poco habían ocupado un par de torres Studio 100v5, cerca de la parte de atrás de la habitación, el Persona C (demasiado grande para que cupiese en mi mueble para la tele), sustituyó a mi subwoofer plano SubRosa de Sunfire, con controlador dual, en el suelo frente al televisor, y situé el par de torres 3F a la izquierda y a la derecha, alineadas con el altavoz central. También coloqué delante mi par de subwoofers SUB 12 de Paradigm y los alineé con las torres y el central. Mi amplificador A5 de Anthem proporcionaba la energía para los cinco altavoces principales, y usé un cable para altavoz Encore II de Straight Wire, para terminar la instalación con conectores de tipo banana.
Una audición preliminar reveló que los altavoces no necesitaban prácticamente ningún cambio en su colocación. Adelantarlos o echarlos hacia atrás y ajustar los pies, cosa que normalmente se notaría mucho en la mayoría de los altavoces que he probado, tenía poco efecto en el sonido de las torres 3F en particular. El Persona C es un poco menos indulgente, debido al diseño de su carcasa trasera y al volumen de aire que se mueve a través de esos puertos. Afortunadamente, debido a las colosales dimensiones del altavoz, no he tenido más remedio que sacarlo de la habitación donde tenía un montón de espacio para respirar.
Al final me decidí por un cruce nada controvertido de 80 Hz para los surrounds, y puse delante los altavoces izquierdo, derecho y central de rango completo. El Dirac Live (a través del preamplificador/procesador XMC-1 de Emotiva) me ofreció la corrección de sala necesaria. Establecí un límite superior de aproximadamente 500 Hz al diseñar mis filtros de corrección para los altavoces izquierdo y derecho, central y surrounds, lo suficiente para compensar la cuestión de los extraños graves centrados entre los 200 a 300 Hz (producidos por la geometría de mi habitación) y asegurar una transición suave entre las salidas con filtro y sin filtro para que no afectasen al sonido de los altavoces por encima de ese punto.
Este artículo ha sido traducido y adaptado por el equipo de Audio y Cine. Puedes leer la primera parte de la entrada original en este enlace.