Como funciona
Llegamos a la parte de la revisión que he estado temiendo durante semanas. ¿Y por qué? Porque las páginas de notas que había tomado desde que empecé en serio con las audiciones de los altavoces Persona Paradigm están, en su mayoría, llenas de observaciones de todas las cosas que no oía. Esos pequeños (y a veces grandes) rasgos distintivos que le dan a un escritor algo donde agarrarse. Los adjetivos son difíciles de encontrar cuando escuchas un sistema Persona Paradigm. Es, un poco, como si te pusieran delante de la ventana panorámica más limpia, nueva y sin defectos con vistas al más hermoso paisaje y te pidiesen que describieses el cristal.
Esto fue evidente desde el momento en que puse el Blu-ray de la versión “re-imaginada” de Peter y el dragón (Walt Disney) del 2016 y le di al play. Incluso antes de que empezase la película, me descubrí a mí mismo admirando francamente la profundidad y claridad con la que se escuchaba la música del logo de Disney. Especialmente a los 10 segundos, cuando los instrumentos de cuerda y los de percusión empiezan a subir.
Francamente, no hay mucho que decir sobre lo que estaba escuchando: los medios son maravillosamente neutros, las frecuencias altas son detalladas brillantemente sin resultar ásperas en lo más mínimo, y los graves son ricos y complejos. La dispersión es amplia y uniforme. Pero nuevamente lo que más me impacta es lo que no oigo, especialmente en esos 10 segundos en los que aparece el logo. Ni siquiera escucho la más leve coloración o el menor indicio de resonancia proveniente de la caja de los altavoces o de los drivers.
Todo eso está muy bien pero, ¿qué significa? ¿Cómo suenan en realidad la falta de resonancia y coloración? Significa que las notas individuales y los golpes de percusión son más nítidos, menos borrosos. O, en este caso, perfectamente nítidos y sin la más mínima distorsión. Significa que tu atención no se ve atraída por los propios altavoces. Así, el sonido se percibe menos anclado a cinco o siete puntos del espacio. Y no estoy hablando en este momento solo de una gran dispersión, sino de una mezcla de elementos que parecen rellenar, sin dejar huecos, las lagunas entre los altavoces cuando se mueven de uno a otro. Me refiero a que, en seguida, deja uno de ser consciente de los puntos de los que proviene el sonido. Es un poco espeluznante.
Todo lo que se puede decir de un altavoz de gran rendimiento se aplica en el Capítulo 13, “Enfrentamiento en el puente” de la película: maravilloso equilibrio tonal, una energía dinámica excepcional (¡a veces incluso alarmante!) y un detalle exquisito. El altavoz central Persona Paradigm C también tiene aquí una verdadera oportunidad de brillar, con una claridad de diálogo maravillosa y una consistencia casi impecable en todos los asientos, incluso en mi amplio y descentrado sofá reclinable para tres personas.
Sin embargo, otra vez la experiencia de escuchar la escena a través del sistema Persona Paradigm se define tanto por lo que oyes como por lo que no puedes oír. Cuando la acción se intensifica y Elliot (el dragón del título) intenta por primera vez lanzarse fuera de la parte trasera del camión que ha sido su prisión desde hace varias escenas, el retumbar del aire comprimido al batir sus gigantescas alas es el típico efecto de sonido que hacer normalmente que incluso las cajas de los altavoces más inertes tiemblen por lo menos un poco. En ausencia de tal resonancia, lo que queda es un sonido rico y profundo que se despliega con la misma sensación de espacio real que normalmente solo se consigue con los efectos que tienen frecuencias más altas. Ese batir de alas que tiene la fuerza de un huracán, no se aferra a los altavoces que lo emiten; no rodea simplemente la habitación. En cambio, la llena sin saturarla por completo (el clip de video adjunto contiene un gran spoiler de la película. Aquellos que no hayan visto la nueva película de Pedro y el dragón, que paren de verla en el minuto 1:19 o que vayan a alquilar el Blu-ray y vean la película entera. Vale totalmente la pena.)
El destino de Júpiter (Warner Bros.) hace que el sistema Persona Paradigm pueda brillar con un aluvión casi constante de zumbidos y chirridos y estruendos y disparos de ciencia ficción, sin mencionar un mezcla de vértigo de personajes voladores zumbando de una esquina a otra de la habitación. Pero no es esa la razón por la que he decidido destacar este Blu-ray. Lo que la hace destacar es el diálogo de un personaje particular, Balem Abrasax, interpretado por Eddie Redmayne. Por lo que sea, el 90% del diálogo de Redmayne es en forma de susurro medio alto y áspero que recuerda a Marlon Brando puesto de metacualona con las mejillas rellenas de algodón. El otro 10% consiste en los gritos de un villano de novela gráfica. La única vez que había visto antes este Blu-ray también fue la única vez que tuve que conectar la compresión dinámica para una película, no tanto para hacer frente a loas explosiones sino para poder entender los susurros sin estar constantemente ajustando el volumen.
Pero cuando la ves con el sistema Persona Paradigm, no es necesario ni la compresión dinámica ni toquetear el volumen. La voz de Redmayne es todavía desconcertantemente tranquila comparada con el resto de la mezcla, pero la claridad y la precisión del Persona Paradigm C, combinado con su habilidad para mantener su lucidez y presencia prácticamente a cualquier nivel de volumen desde los susurros hasta Hiroshima, transforma la voz de Balem en una curiosa peculiaridad en lugar de una queja exasperante.
Esa misma claridad y precisión hace maravillas con películas como Les Misérables de Tom Hooper (Universal Studios) en Blu-ray, especialmente con aquellas pistas que involucran las voces de un coro. Quizá se debe a las lentes perforadas de alineación de fase tanto en el tweeter como en el driver medio. Quizás al berilio del driver, con su increíble mezcla de rigidez y ligereza. Quizás es la caja ridículamente inerte de los mismos altavoces. O quizás es por todo lo anterior. Pero descubrí que las voces en estas escena de muchedumbres, especialmente en el número de apertura, eran inteligibles de una forma que nunca había descubierto antes.
Mi esposa es mucho más admiradora de lo que yo seré nunca de Les Miserables, así que le pedí su opinión cuando la película terminó. “La música suena increíble, pero las escenas de batalla me impresionaron incluso más aún. Especialmente los cañones, sonaban menos a altavoz retumbante que a cañón retumbante, si es que esto tiene sentido”.
Pasando a actividades puramente musicales, pasé muchísimo tiempo escuchando no solo las torres 3F sino también los altavoces de estantería Persona Paradigm B en modo estéreo puro con, bueno, casi la totalidad de mi colección tanto digital como en discos. Quitando las diferencias obvias en la extensión de los graves, ambos altavoces me dejaron boquiabierto con su detalle, precisión, claridad y estupenda imagen de sonido. Todo, desde Rimsky-Korsakov hasta REO Speedwagon sonaba tan suntuoso que tuve que me esforcé para averiguar qué debía destacar aquí.
Al final, por varias razones, fue Karn Evil 9 (1st Impression – Part 2) de Emerson, Lake & Palmer de los dos CDs remasterizado el pasado año y re-relanzado por Brain Salad Surgery (BMG Rights Management), el que garantizaba una exposición más completa. En pocas palabras, la experiencia de escuchar la canción cruzando la habitación a través de las torres 3F (e incluso desde los altavoces de estantería) es muy parecida a escucharla al aire libre con un par de monitores de estudio realmente buenos. La profundidad y la amplitud de sonido resultan cautivadoras, sobre todo la forma en que la percusión atraviesa directamente el aire de la habitación, mientras el bucle del sintetizador Moog se extiende hacia la izquierda (desvinculado de su altavoz respectivo), el órgano abraza el espacio auditivo con un enorme abrazo en ambas direcciones, y la voz de Greg Lake descansa en la parte de atrás de la mezcla como si fuera los cimientos más sólidos que pudieras imaginar.
Quizás más sorprendente es la forma en que la mezcla de elementos individuales mantiene sus identidades definidas incluso cuando las cosas se aceleran. Cada instrumento y cada elemento electrónico sigue siendo fácilmente identificable a un grado que rara vez oigo en una habitación grande y abierta. No se me ocurre una manera mejor de describir el efecto que ir caminando entre ambos altavoces Persona Paradigm y decir que te acercan a la música, mejorando (o eliminando por completo) las pequeñas coloraciones y distorsiones que tan a menudo la obscurecen en este tipo de pruebas. A diferencia de otros altavoces que he probado con este nivel de claridad y sutileza, las torres Persona Paradigm 3F (e incluso, los altavoces de estantería Persona Paradigm B) muestran todo su potencial casi sin inmutarse.
Desventajas
Desde la perspectiva del rendimiento, estoy esforzándome para tener algo malo que decir del sistema Persona Paradigm. De hecho, mi única advertencia real no tiene nada que ver con la calidad del sonido o el rendimiento. Es simplemente que el Persona Paradigm C es demasiado grande para ser práctico en la mayoría de los hogares. Si estás familiarizado con la interrumpida línea Studio de Paradigm, es aproximadamente del mismo tamaño que el enorme Studio CC-690 v5 (y pesa sus buenas 14 libras más). Concedido, no estoy diciendo que Paradigm no deba tener un altavoz central tan grande en la línea Persona Paradigm, ya que es un complemento combinación perfecto para los altavoces de suelo de la familia. Simplemente creo que la compañía debería ofrecer un modelo más pequeño (como el antiguo Studio CC-590 y el 45C de la línea Prestige), que sería un compañero perfecto para un sistema de sonido envolvente construido alrededor de cuatro o seis de los altavoces de estantería Persona Paradigm B.
Además (y sé que esto es ser muy quisquilloso), creo que los altavoces de este calibre merecen tener más de cuatro opciones de acabado. Dado que cada carcasa Persona Paradigm está terminada a mano y pulida, frotada y acariciada y un auténtico ser humano le ha puesto el nombre de George aquí, en Norteamérica, no creo que fuera tan difícil cobrar unos cientos de pavos más y ofrecer algunas opciones de acabado verdaderamente audaces.
Comparación
En pocas palabras, se podrían montar un montón de sistemas completos de altavoces con cinco canales de sonido envolvente por, aproximadamente, unos 25 mil dólares, de muchas maneras diferentes, dependiendo de tus gustos (puedes elegir los subwoofers que quieras, ya que no forman parte de este artículo). Por ejemplo, podrías montar un sistema Sopra de Focal compuesto por un par de torres Nº2, un par de altavoces de estantería Nº1, y el Sopra Center solo por un pelín más. Así tendrías tweeters de berilio y su diseño no es menos magnífico que el de los altavoces Persona Paradigm. Aunque el rango medio de los Folcal carece de berilio a diferencia del de los Persona Paradigm.
En muchos aspectos podría compararse a un sistema construido alrededor de las torres Performa3 F208 de Revel. Ten en cuenta que estas no llevan berilio (para eso tendrías que pagar mucho más por el siguiente modelo, el F208Be). Un sistema de sonido envolvente construido con la torre 804 D3 de Bowers & Wilkins (y el altavoz central HTM1 D3) también estaría, aproximadamente, en la misma liga.
Conclusión
Desde sus excepcionales características de dispersión hasta su maravilloso equilibrio tonal, una claridad excepcional y un detalle asombroso, los altavoces de la Serie Persona Paradigm satisfacen todas tus necesidades, incluso bajando hasta el final de la línea con la torre 3F. O, siendo más claro, satisfacen todas las necesidades de este revisionista.
Vale la pena señalar que, si eres parte de la multitud de “El Criterio Objetivo no Significa Nada, Solo Me Importa Como Me Hacen Sentir a Mí Los Altavoces (o mi opinión sobre los altavoces” y tiendes a preferir altavoces poco convencionales con un sonido propio y único, la línea Persona Paradigm probablemente no es para ti.
Aún así, me parece que concentrarse solo en el rendimiento de estos altavoces es quedarse a la mitad. Francamente, son algunos de los componentes de audio más hermosos y mejor construidos que he tenido la suerte de tener en casa durante un largo periodo de tiempo. En mi opinión calificarlos de obra de arte no sería exagerado, y pienso que bien valen su precio, incluso si solo funcionasen la mitad de bien de lo que lo hacen.
Este artículo ha sido traducido y adaptado por el equipo de Audio y Cine. Puedes leer la segunda parte de la entrada original en este enlace.