Un clásico intemporal, los altavoces KEF LS50

Lo que parece una parrilla en el frontal del tweeter es, de hecho, una guía de onda que mejora su rendimiento de alta frecuencia. Incluso sin esa opinión dividida sobre el color (KEF lo llama Oro Rosa) este es uno de los complementos inconfundibles del KEF LS-50.

Los ingenieros han trabajado mucho con el mueble. Ese frontal curvo está hecho de DMC (Dough Moulding Compound: una resina de poliéster que combina fibra de vidrio y carbonato de calcio) que fue elegido por su masa y su inercia. El resto de la carcasa está hecha de DM. Está sujeto desde el interior y fuertemente amortiguado para minimizar la resonancia. La elíptica usada para afinar los graves en el LS50 es inusual. Pon los dedos dentro y sentirás que es flexible., esto ayuda a reducir cualquier distorsión de rango medio indeseada.

Sonido

Con un poco de  espacio para respirar y montados en un par de sólidas plataformas, estos monitores suenan genial. La primera cosa que nos asombra es la calidad de reproducción de los graves.

Para ser cajas de solo 30 cm de altura, estos altavoces emiten bajos profundos, ágiles y potentes como los de la canción Flat of the Blade de Massive Attack. Pero, a diferencia de los altavoces pequeños que emiten grandes graves, el KEF LS-50 no sobre compensa las cosas, todo suena equilibrado.

Al subir el rango de frecuencia estos KEF siguen impresionando. La voz de Kate Bush en 50 Words For Snow es tan clara y nítida como puedas desear. Estos altavoces comunican la energía de la pieza musical y lo hacen de manera forma brillante. También estamos impresionados con la perfecta integración del altavoz,  por la manera en que dibuja una enorme imagen en estéreo poblada de sonidos bien enfocados.

Esta entrada ha sido traducida y adaptada por el equipo de Audio y Cine. Puede leer el artículo completo en este enlace.